Durante las primeras semanas después del parto, el cuerpo se regenera y cicatriza las heridas. Pero también es el momento en que tú y tu pareja, si la hay, os familiarizáis con vuestros nuevos roles. Las dinámicas cambian, hay que dominar nuevas tareas y el espacio para las relaciones interpersonales escasea rápidamente. Por lo tanto, no sólo es importante adaptar la pareja a las nuevas condiciones. El tema del sexo después del parto también plantea dudas a muchas parejas y puede convertirse rápidamente en una prueba de estrés.
Está bien cómo te sientas - no importa cómo te sientas
Las semanas posteriores al parto suelen caracterizarse por pocas horas de sueño y mucho estrés. El bebé ocupa probablemente la mayor parte de tu atención y suele estar cerca de ti: el descanso y el tiempo para relajarte son escasos. Además, la producción de hormonas es menor que durante el embarazo, lo que puede afectar negativamente al estado de ánimo. Así que es comprensible que el sexo no sea tu prioridad.
En última instancia, la rapidez con la que vuelves a tener ganas de sexo después de dar a luz depende de varios factores y no puede responderse de forma generalizada. Las personas que en general tienen una sexualidad fuerte pueden querer volver a ser activas antes que las parejas para las que la intimidad ya era menos relevante de antemano. En última instancia, lo importante es que te tomes el tiempo que necesites.
Ten en cuenta que no pasa nada por cómo te sientas. El deseo de interacciones sexuales está tan bien como no sentir placer. Lo mismo vale para tu pareja, por supuesto. Como suele ocurrir en las relaciones interpersonales, la clave es la comunicación abierta y sincera. Si hablas de cómo te sientes, de lo que echas de menos o de lo que te apetece, puedes crear expectativas honestas. La intimidad no es sólo sexo, ni mucho menos presión. Si es posible, dediquen tiempo el uno al otro y quizás prueben formas completamente nuevas de intimidad. Juntos tienen la oportunidad de redescubrir su intimidad en la nueva realidad de la vida. Así evitaréis inseguridades y conflictos, y nadie tendrá que sentirse presionado a nada.
El cuerpo necesita tiempo para curarse
Además de la capacidad emocional y psicológica, también suele plantearse la cuestión de la situación física: ¿cuándo es posible volver a ser sexualmente activa después de dar a luz? Tampoco existe una respuesta universal a esta pregunta, ya que cada cuerpo es diferente, y esto también se aplica a la recuperación posparto.
En la mayoría de los casos, el embarazo y el parto exigen mucho al cuerpo. Dependiendo de si has dado a luz por vía vaginal o por cesárea, también puede haber diferentes lesiones y heridas a las que debes dar la oportunidad de curarse. Un indicador de la regeneración y cicatrización de tu cuerpo son los loquios, que eliminan secreciones de heridas, residuos celulares, bacterias y otros restos del embarazo. Existe la creencia generalizada de que las relaciones sexuales con penetración sólo son posibles una vez que el flujo menstrual ha remitido, pero en realidad tu cuerpo puede reanudarlas antes.
El factor decisivo para responder a la pregunta de cuándo puedes volver a tener relaciones sexuales es, en última instancia, cómo te sientes. Es importante que escuches a tu cuerpo y no te fuerces a nada. Tantea el terreno poco a poco, con o sin pareja, y ve qué es lo que funciona y te resulta cómodo. Sobre todo, debes comunicar claramente tus límites: Si te das cuenta de que algo te resulta incómodo o incluso doloroso, suele ser mejor ser prudente o esperar a ver qué pasa. Por ejemplo, si te duelen los pechos por la subida de la leche, puedes probar a amamantarte o sacarte leche antes o pedirle a tu pareja que se centre primero en otras partes del cuerpo.
Otra preocupación relativamente extendida es que la zona íntima cambie como consecuencia del proceso de parto, lo que podría afectar a tu sexualidad. Por supuesto, el parto vaginal puede provocar estiramientos y lesiones. Y aunque el cuerpo está diseñado básicamente para la regeneración posterior, es posible que la zona íntima cambie en comparación con antes. Sin embargo, la sexualidad y el placer no suelen verse afectados por ello. Si quieres apoyar a tu cuerpo durante la regeneración, los ejercicios postparto y de suelo pélvico pueden ayudarte.
Encuentra el método anticonceptivo adecuado para ti
Un tema que no debe dejar de mencionarse en este punto es la anticoncepción después del parto. Muchas madres que dan el pecho confían en la protección natural que proporciona la hormona prolactina liberada durante este proceso. Sin embargo, hay que tener cierta precaución, ya que este método sólo funciona, si acaso, si aún no se ha tenido la regla, no se está amamantando y además se da el pecho de forma regular y completa. Pero incluso en ese caso, la lactancia no es un método anticonceptivo seguro.
Si quieres ir sobre seguro, puedes recurrir a algunos anticonceptivos clásicos:
- En primer lugar, el preservativo puede ser útil, ya que no sólo proporciona protección adicional contra las infecciones de las heridas del parto, sino también, por supuesto, contra otras enfermedades de transmisión sexual.
- También es posible utilizar un diafragma. Si ya has utilizado uno antes, es aconsejable que compruebes de nuevo el tamaño y el ajuste, ya que puede ser necesario ajustarlos.
- También existen métodos hormonales que funcionan a base de la hormona progestágeno. Entre ellos están la minipíldora, las inyecciones trimestrales, los DIU hormonales y los implantes.
Sin embargo, los productos hormonales que contienen estrógenos no son adecuados si estás dando el pecho o extrayéndote leche. Esta hormona puede transmitirse al niño a través de la leche materna y afectar a la producción de leche. Hable con su ginecólogo sobre las opciones que tiene y el método que más le conviene.
El reto puede convertirse en una oportunidad
Las primeras relaciones sexuales tras el parto pueden convertirse fácilmente en una prueba de estrés para las parejas, independientemente del tipo y la constelación. Es importante que no te fuerces a hacer algo que no es bueno para ti por culpa de las expectativas. Respeta los límites de tu cuerpo y habla honestamente sobre lo que ambos queréis y necesitáis. En el mejor de los casos, esto puede incluso convertir el reto en una oportunidad para experimentar la sexualidad y la intimidad de una forma nueva y desarrollar aún más la relación. Y si esto significa que permanecéis sexualmente inactivos durante más tiempo, tampoco pasa nada. Si no está segura, siempre puede ponerse en contacto con su ginecólogo. Él también podrá ayudarte a elegir el anticonceptivo adecuado para ti.
Autor: Constanze Dochantschi
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