Las cesáreas pueden ser programadas o no programadas. Una cesárea electiva es aquella en la que usted decide de antemano practicar una cesárea programada, aunque no haya necesidad médica de ello.
Hay muchas razones para una cesárea electiva
Una de las principales es, sin duda, la imprevisibilidad de un parto vaginal: no sabes de antemano cuánto tiempo va a durar, cuánto dolor vas a sentir, si vas a poder soportarlo o si va a haber complicaciones. El miedo al dolor es completamente normal, al igual que el miedo a las lesiones. Algunas embarazadas quieren proteger sus partes íntimas y evitar un desgarro perineal, por ejemplo. Otras temen fracasar en un parto vaginal. Una cesárea programada puede contrarrestar estos temores. La capacidad de planificar el parto también suele influir. Especialmente en países donde la protección de la maternidad en el trabajo es escasa o nula, una fecha fija de parto ofrece cierta seguridad.
Sea cual sea la razón por la que deseas una cesárea, siempre tiene derecho a existir y debe tomarse en serio.
Sin embargo, una cesárea no es automáticamente la opción más fácil
La cesárea conlleva riesgos y debes ser consciente de ellos. Al fin y al cabo, no deja de ser una operación, y como tal puede acarrear complicaciones como inflamaciones, lesiones o dificultades de cicatrización. Además, no se dice que la cicatrización vaya a ser más rápida por eludir el desgarro perineal; de hecho, la recuperación de una cesárea suele ser aún más larga. Es más, algunas madres se preguntan después de la intervención si podrían haberlo hecho por vía vaginal. Esto puede generar dudas y un sentimiento de fracaso.
Vínculo madre-hijo tras una cesárea
Durante el parto vaginal se liberan hormonas, como la oxitocina, que favorecen el vínculo de la madre con su hijo. Estas hormonas están ausentes durante una cesárea, por lo que algunas futuras madres se preocupan por el vínculo afectivo. Sin embargo, la suposición de que éste se resentirá a largo plazo si el niño nace por cesárea es un tanto errónea. De hecho, el vínculo madre-hijo es un proceso mucho más complejo que se caracteriza por muchos factores y va mucho más allá del propio parto. A ello puede ayudar, por ejemplo, el llamado baño de vinculación, un baño curativo que está diseñado para ayudarte a ti o a tu pareja a revivir el parto vaginal (más información al respecto en nuestro canal de Instagram, en el apartado «Vinculación»).
La decisión correcta es subjetiva
Como en todo lo relacionado con tu salud y la de tu hijo, es importante que te informes. Especialmente antes del parto, habla con un profesional médico de confianza sobre tus motivos y temores si estás pensando en una cesárea electiva.
Lo ideal es que ya hayas pensado en qué clínica te gustaría dar a luz y puedas hablar directamente con los especialistas de allí. Juntos podréis llegar al fondo de tus motivaciones y tomar una decisión bien meditada. Tu médico puede comprobar si cumples los requisitos de salud para la operación. También puede ayudarle a evaluar y clasificar los riesgos.
Otra cuestión importante que debe plantearse de antemano es cuánto costará una cesárea electiva: En la inmensa mayoría de los casos, tu seguro médico cubrirá los gastos del mismo modo que para una cesárea médicamente necesaria o un parto vaginal. En caso de duda, la valoración del médico es decisiva. También puede consultarlo previamente con los médicos correspondientes. En el improbable caso de que la cesárea no esté cubierta por el seguro médico, puede contar con unos gastos de unos 3.000 euros.
Tras la cesárea llega el proceso de cicatrización
El posparto tras una cesárea será un poco distinto al de un parto vaginal: aunque el procedimiento evita un posible desgarro perineal y lesiones vaginales, la herida tendrá que cicatrizar de nuevo.
A diferencia de lo que ocurre en un parto convencional, después de una cesárea te recomendamos que vuelvas a moverte lo antes posible. Por supuesto, debes evitar los esfuerzos físicos y, sobre todo, levantar objetos pesados. En su lugar, hay que dar pequeños pasos para favorecer la circulación sanguínea en las piernas y prevenir la formación de coágulos. Y cuanto antes consigas ir al baño por tu cuenta, antes te librarás del catéter.
Además, normalmente puedes empezar a hacer ejercicios posparto a las 24 horas para favorecer la curación y poder volver a casa con tu hijo lo antes posible. Pero lo mismo se aplica aquí: no te exijas demasiado a ti misma y a tu cuerpo a la vez. Al fin y al cabo, no solo has dado a luz, sino que también te han operado.
Una vez cicatrizada la herida de la cesárea, aparece la cicatriz
Hay algunos consejos y trucos sencillos que son útiles para curar la cicatriz o prevenirla: Ten cuidado al ducharte, por ejemplo, sécate después el vientre con una toalla en lugar de frotarte. Es mejor evitar los baños completos hasta que la herida haya cicatrizado lo máximo posible y haya terminado el flujo menstrual. La ropa holgada que no roce (y suele ser más cómoda de todos modos) y los aceites y pomadas especiales para cicatrices también ayudan. Si es posible, intenta tratar tu cicatriz con cuidado: es un testimonio de la vida que has creado.
Las heridas psicológicas también merecen atención
Aunque se trate de una cesárea electiva, es probable que después del parto tengas que curarte psicológicamente. Acabas de traer una nueva vida a este mundo, te has convertido en madre. Tómate el tiempo que necesites para familiarizarte con tu nuevo papel.
Si tienes la sensación de haber fracasado o de haberte perdido algo con una cesárea electiva, puede ayudarte si mantienes en mente tus motivos originales. Al fin y al cabo, tomaste la decisión porque era la correcta para ti en ese momento. La atención plena es una buena forma de vigilar tus emociones. Intenta ser sincero contigo mismo: si las cosas no van tan bien como esperabas, no dudes en admitirlo. Echa un vistazo a nuestro artículo sobre la tristeza posparto.
Tú tomas la decisión
Algunos consideran que la cesárea es la opción «más fácil», mientras que para otros el parto vaginal es la opción más deseable. Ningún tipo de parto es mejor que otro en sí, lo importante es qué es lo mejor para ti. Tómate tu tiempo para tomar una decisión, pide consejo a un profesional, expón tus motivaciones y haz caso a tu instinto. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de tener a tu hijo en brazos.
Autor: Constanze Dochantschi
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